martes, 6 de julio de 2010

MAS ALLA DEL LIMITE

MÁS ALLÁ DEL LÍMITE
Por Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana, 2010-06-24.
Noto la ausencia en la sociedad cubana algo imprescindible para vivir en comunidad, me refiero a la moderación. No dudo de que entre muchos sea hoy una palabra cuyo significado se desconozca, aunque todos la hayan escuchado una que otra vez.
Moderación quiere decir cordura, sensatez, templanza en las palabras y las acciones, según el DRAE. Resulta que en Cuba ahora mismo ser moderado (adjetivo calificativo derivado del vocablo mencionado) implica un riesgo para quien ose aplicárselo.
Puedo estar equivocado, sin embargo, usted acordará conmigo en lo general si vive en este contexto solamente el corto período de unos treinta días. No aspiro que estemos de acuerdo en todo. Solamente, en lo necesario para hacer factible la comunicación.
Fatalmente desde hace medio siglo, constatamos la ausencia de la moderación en la mayoría de las circunstancias existenciales que atravesamos. Hemos basado los cimientos de esta sociedad en tránsito de un siglo al otro en la violencia. Hoy nos hallamos prácticamente incapaces de detener la reproducción de ese patrón impuesto por nuestros antecesores en nosotros mismos a pesar de que nos afecte.
Es posible encontrar muestras de falta de cordura, sensatez, etc. en cualquiera de las decisiones que se toman a nivel social, económico y político en todos los planos de la vida cubana.
Las carencias materiales y hasta espirituales son un tema obligado en las conversaciones de la mayoría. A pesar de las imágenes emitidas en los reportajes de los noticiarios de televisión nacional, en boca de casi todos es el tema cuasi obligado. Tan es así que en algunos el rechazo a hablar de la “cosa” ya es patente.
Sin embargo, hemos arrojado fuera de nuestras vidas la moderación y muy escasos son los lúcidos en reclamar atención a esa carencia. Si eres simpatizante del gobierno tienes que ser combativo, intransigente, intolerante; el opositor o el disidente si no es “duro, conservador e irreconciliable con soluciones consensuadas” apesta a sospechoso infiltrado.
Si eres heterosexual debes ser ante todo viril, fuerte, gritón, macho, mujeriego, transgresor. Si tienes una orientación homosexual tienes que ser débil, frágil, inconstante, extrovertido y frívolo.
Actuar moderadamente se ha convertido casi en un equivalente de debilidad de carácter. Sin tener en cuenta que actuar con moderación requiere de un esfuerzo de contención, disciplina y reflexión bien fuerte.
Por esa causa la violencia interviene en las relaciones entre las personas. La violencia se manifiesta evidentemente en todos los planos de la vida hoy. Violencia física, como cuando observo un adulto golpear a su hija o hijo en plena calle de manera severa. En las relaciones entre parejas de cualquier orientación sexual. Cuando observo las respuestas fuera de tono o groseras de un joven a una joven, en las indecencias emitidas por quinceañeras en público en medio de sus conversaciones. En los temas que sirven de sujeto de intercambio comunicacional entre jóvenes y adultos en los cuales la violencia es un componente ya imprescindible.
No obstante los llamados a alejar la violencia de nuestras relaciones caen, caerán lamentablemente en saco roto. Simplemente, no se llama a la moderación. La propaganda oficial privilegia los hechos violentos. Los discursos oficiales solamente aluden a la confrontación; la moderación se encuentra ausente de ellos. Los límites de espacio individuales son transgredidos en nombre de razones que, a fin de cuentas, obedecen a insatisfacciones institucionales más que a los individuos que las sostienen.
Incluso, históricamente, se ha condenado a quienes han adoptado posiciones moderadas para hallar soluciones en situaciones difíciles. La ruptura de los límites ha sido y es fatalmente el recurso más socorrido en nuestras relaciones sociales, económicas y políticas.
En este momento cuando se habla de la necesidad de diálogo en Cuba para salvar la crisis que se reproduce (porque estamos en crisis hace demasiado tiempo y este último se agota ya) lo primero que pudiéramos hacer es llamarnos a la moderación, en cuanto a expectativas, en la fuerza del poder, en las respuestas desde y hacia el poder real.
FIN.LG/10.
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