martes, 6 de julio de 2010

MUJERES CUBANAS, CONFLICTO Y TRANSGRESIÓN EN EL HIP HOP CUBANO

MUJERES CUBANAS, CONFLICTO Y TRANSGRESIÓN EN EL HIP HOP CUBANO
Por Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana, 2010-06-27.
Las mujeres cantantes de Hip Hop en Cuba crearon una particularidad novedosa. No ajena tampoco al fenómeno del Rap en genera. Pero en sí produjeron la aparición de un discurso femenino propio. Expresado por mujeres negras y jóvenes que no deja de asombrar por lo que merece atención.
Si se observa la evolución de la representación femenina en la canción cubana nos muestra que el discurso ha sido esencialmente masculino, reflejo de la posición del rol heterosexual, masculino y blanco desde el siglo XIX.
Incluso ya en el siglo XX, no obstante la aparición de figuras femeninas de importancia insoslayable en la canción cubana como Ernestina Lecuona, María Teresa Vera e Isolina Carrillo, la ausencia de la identidad femenina y, aún más, la racial es irregular.
Naturalmente, el discurso hegemónico predominante permea la composición musical. Una respuesta o reflejo del patrón generalizado en la conciencia colectiva nacional.
Los conflictos de la mujer negra en una sociedad basada en la violencia de la esclavitud en el siglo XIX y más tarde como legado al siglo XX, fueron invisibilizados por una voluntad de ocultamiento y porque no, también de menosprecio.
Si la discriminación racial en Cuba se ocupó de exponer al negro y al mestizo en el centro de la diana del tiro al blanco de las contingencias sociales, a la mujer negra y mestiza le tocó la mayor y más perjudicial de las exclusiones y de las refinadas injurias.
Una minoría blanca, masculina, heterosexual, muy proclive a la homofobia por un lado y a la misoginia como la otra cara de la moneda, al imponer su visión de la mujer negra y mestiza construyó una estereotipada imagen descalificadora. Concebida como amenaza a la moral y las “buenas costumbres”, generadora de violencia, escándalo, promiscuidad sexual, marginalización.
En contraste con la mujer blanca, pasiva, débil, enclaustrada en la domesticidad del hogar y responsable de la educación de sus hijos, la imagen de la mujer negra reproduce su imagen centrada en la sexualidad del cuerpo como sujeto y objeto de las pasiones del macho blanco heterosexual dominante.
De aquí que el surgimiento en años recientes de una expresión de la mujer cubana negra producida por jóvenes de hoy en el discurso del Hip Hop traspase por su importancia el espacio de este género musical y necesite ser reconocido su justo lugar dentro de la nueva canción cubana.
Primero, resulta lógico que en el movimiento del Hip Hop esté presente la evidente connotación de la discriminación racial aún existente, aunque los mayores productores de este discurso sean integrantes masculinos.
En segundo lugar, el Hip Hop ofreció sin duda un espacio a los jóvenes para que expresaran un discurso transgresor y dialógico con su público sobre los problemas de nuestra sociedad.
Asimismo, el carácter conflictual no faltó en la producción femenina. La mujer rapera negra posee un discurso muy propio en contra de la violencia. En todas sus formas de expresión incluso. Violencia familiar, social, sexual, formas cotidianas de opresión.
Su discurso rompe con los muros en que trataron de encerrarlas, invisibilizarlas, silenciarlas y domesticarlas. En los temas de las canciones de La Dama, Las Krudas, Unión Perfecta, Magia López, Amazona, el dúo Omega, todas cultoras de Rap hallamos una expresión personal de la voz del barrio al utilizar la oralidad como vehículo de expresión estas mujeres reivindican su lugar en la sociedad.
Su discurso es nuevo, fresco, informal. Compuesto con un lenguaje crítico exponente del deterioro total de las formas patriarcales que en la sociedad todavía se reproducen. Al tiempo que revaloriza la identidad femenina negra, transgresora a su modo, al dejar atrás la mirada paternalista y conformista que impusieron al imaginario colectivo.
Las voces de las mujeres negras en el Rap se destaca también por el tratamiento de temas que van desde la discriminación racial, la opresión patriarcal ejercida en el seno familiar, la social, además la defensa de la diversidad sexual, las dificultades de la cotidianeidad al enfrentarse con una sociedad raigalmente machista y patriarcal aún, siempre a partir de la visión femenina de la mujer cubana de hoy. FIN. LG/10.
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Por Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana, 2010-06-27.
Las mujeres cantantes de Hip Hop en Cuba crearon una particularidad novedosa. No ajena tampoco al fenómeno del Rap en genera. Pero en sí produjeron la aparición de un discurso femenino propio. Expresado por mujeres negras y jóvenes que no deja de asombrar por lo que merece atención.
Si se observa la evolución de la representación femenina en la canción cubana nos muestra que el discurso ha sido esencialmente masculino, reflejo de la posición del rol heterosexual, masculino y blanco desde el siglo XIX.
Incluso ya en el siglo XX, no obstante la aparición de figuras femeninas de importancia insoslayable en la canción cubana como Ernestina Lecuona, María Teresa Vera e Isolina Carrillo, la ausencia de la identidad femenina y, aún más, la racial es irregular.
Naturalmente, el discurso hegemónico predominante permea la composición musical. Una respuesta o reflejo del patrón generalizado en la conciencia colectiva nacional.
Los conflictos de la mujer negra en una sociedad basada en la violencia de la esclavitud en el siglo XIX y más tarde como legado al siglo XX, fueron invisibilizados por una voluntad de ocultamiento y porque no, también de menosprecio.
Si la discriminación racial en Cuba se ocupó de exponer al negro y al mestizo en el centro de la diana del tiro al blanco de las contingencias sociales, a la mujer negra y mestiza le tocó la mayor y más perjudicial de las exclusiones y de las refinadas injurias.
Una minoría blanca, masculina, heterosexual, muy proclive a la homofobia por un lado y a la misoginia como la otra cara de la moneda, al imponer su visión de la mujer negra y mestiza construyó una estereotipada imagen descalificadora. Concebida como amenaza a la moral y las “buenas costumbres”, generadora de violencia, escándalo, promiscuidad sexual, marginalización.
En contraste con la mujer blanca, pasiva, débil, enclaustrada en la domesticidad del hogar y responsable de la educación de sus hijos, la imagen de la mujer negra reproduce su imagen centrada en la sexualidad del cuerpo como sujeto y objeto de las pasiones del macho blanco heterosexual dominante.
De aquí que el surgimiento en años recientes de una expresión de la mujer cubana negra producida por jóvenes de hoy en el discurso del Hip Hop traspase por su importancia el espacio de este género musical y necesite ser reconocido su justo lugar dentro de la nueva canción cubana.
Primero, resulta lógico que en el movimiento del Hip Hop esté presente la evidente connotación de la discriminación racial aún existente, aunque los mayores productores de este discurso sean integrantes masculinos.
En segundo lugar, el Hip Hop ofreció sin duda un espacio a los jóvenes para que expresaran un discurso transgresor y dialógico con su público sobre los problemas de nuestra sociedad.
Asimismo, el carácter conflictual no faltó en la producción femenina. La mujer rapera negra posee un discurso muy propio en contra de la violencia. En todas sus formas de expresión incluso. Violencia familiar, social, sexual, formas cotidianas de opresión.
Su discurso rompe con los muros en que trataron de encerrarlas, invisibilizarlas, silenciarlas y domesticarlas. En los temas de las canciones de La Dama, Las Krudas, Unión Perfecta, Magia López, Amazona, el dúo Omega, todas cultoras de Rap hallamos una expresión personal de la voz del barrio al utilizar la oralidad como vehículo de expresión estas mujeres reivindican su lugar en la sociedad.
Su discurso es nuevo, fresco, informal. Compuesto con un lenguaje crítico exponente del deterioro total de las formas patriarcales que en la sociedad todavía se reproducen. Al tiempo que revaloriza la identidad femenina negra, transgresora a su modo, al dejar atrás la mirada paternalista y conformista que impusieron al imaginario colectivo.
Las voces de las mujeres negras en el Rap se destaca también por el tratamiento de temas que van desde la discriminación racial, la opresión patriarcal ejercida en el seno familiar, la social, además la defensa de la diversidad sexual, las dificultades de la cotidianeidad al enfrentarse con una sociedad raigalmente machista y patriarcal aún, siempre a partir de la visión femenina de la mujer cubana de hoy. FIN. LG/10.
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