miércoles, 8 de abril de 2009

LA VOZ DE EBANO EN EL RECUERDO

LA VOZ DE ÉBANO EN EL RECUERDO
Por Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana, 2009-03-25.
Hay una mujer negra, artista refinada, que traspasó con su arte la frontera marítima insular. Conocida como la Voz de Ébano, realizó una carrera plena de éxitos trascendentes hasta poco antes de fallecer en Miami, Florida en 1976.
Eusebia Adriana Cosme Almanza vio la luz en Santiago de Cuba en 1911. Fue hija única de Leocadia Almanza y de Germán Cosme, sus padres, de los que quedó huérfana en edad temprana. Pero el destino de una estrella es determinante y una familia santiaguera bien acomodada la recogió y se ocupó por darle una educación a la altura de la época.
Eusebia se trasladó a vivir a La Habana aún joven y pudo concluir sus estudios de música y teoría de piano, Declamación y locución en el Conservatorio Municipal de Arte de La Habana. En 1930, en pleno auge de la poesía vanguardista, la poesía de tema negro se impone y Eusebia Cosme debuta con éxito de público en el legendario teatro Payret presentada por González Marín. Prosigue su carrera en la radio, en teatro y al ser bien conocida, se abren para ella salones de refinada cultura como fueron los del Lyceum de La Habana en donde recibe su consagración como declamadora de poesía de tema negro. Más tarde, en el teatro Principal de la Comedia, obtiene su consagración en la escena y desde ese momento su fama crece. Eusebia estuvo presente con su arte de la declamación en todos los escenarios de más prestigio en Cuba.
Ella recorre en cierto modo el camino abierto en Cuba por Berta Singermann, pero a diferencia, son los poemas de tema negro, los sones de Nicolás Guillén, Emilio Ballagas, Félix B. Caignet (Cuba), de Luís Palés Matos (Puerto Rico), de Andrés Eloy Blanco (Venezuela) y de los prominentes poetas estadounidenses Langston Hughes y Paul Laurence Dunbar, los que apuntalan el éxito de su arte declamatorio.
A partir de 1937, Eusebia Cosme, ya reconocida en la escena cubana, se lanzó a una gira internacional, despegue de una carrera de relieve internacional. En consecuencia, recorrió las capitales de Latinoamérica, Europa y los Estados Unidos para afirmar su triunfo.
En 1940, la artista negra se radicó en Nueva York, EEUU, donde trabaja en la CBS donde creó el programa El Show de Eusebia Cosme. Pero no olvidó su tierra natal, ni a sus compatriotas y ayuda a los cubanos artistas que llegaban a tierras del Norte. Regresó a La Habana, ese mismo año y arrancó de nuevo con su voz múltiples conquistas al ofrecer recitales de poesía al público más exigente de la capital cubana en el Teatro Auditórium de la Sociedad Pro Arte Musical y en el Principal de la Comedia.
Se produce en programas de variedades de la radio cubana, recibe homenajes como el de su ciudad natal Santiago de Cuba. La crítica teatral cubana la proclama como la mejor recitadora de la poesía afro antillana americana y famosos poetas componen para ella, obras exclusivas, como el venezolano Eloy Blanco, autor del poema “Píntame angelitos negros”.
Consolidada su carrera de declamadora en los años 50, hace radio y televisión e ingresa en 1955 en una compañía de teatro mejicana, para una segunda etapa de su carrera artística internacional que la lanzó en el cine mejicano y estadounidense.
Los años 60 fueron sus años de tránsito en el cine, medio donde se destacó en los papeles de la Sra. Ortiz en el filme El prestamista de Sidney Lumet (1964), luego en 1966, encarnó el papel de Mamá Dolores en la película basada en la radio novela El Derecho de Nacer del autor y coterráneo Félix B. Caignet.
Un papel que le ganó aún mayores reconocimientos como una primerísima actriz. Tan grande fue la repercusión de su éxito en el personaje citado que Caignet se vio obligado a escribir el guión de una película en la que el personaje Mamá Dolores (1970) ocupó el protagónico principal. Después actuó en otras cuatro cintas, entre las cuales explotó el tema racial con gran suceso, como ocurrió con “Rosas blancas para mi hermana negra” junto a la estelarísima Libertad Lamarque e Irma Lozano. Apareció en papeles importantes en las telenovelas Cristo negro, Tres Vidas Distintas, El Derecho de los pobres. Cultivó con buen desempeño el canto y además la composición musical. Su carrera tocó también las artes plásticas en la que se distinguió en el arte abstracto con exposiciones en Washington, Nueva York y Méjico.
En Cuba, hoy es una desconocida. Siendo ella quien marcó el camino para la declamación como lo hace Luís Carbonell, quien la conoció en Nueva York en 1946. Nadie habla de ella en su patria, quizás por ser una negra que supo vencer las limitaciones de la discriminación racial y, es un ejemplo, o también porque desdeñó ofrecer alabanzas al poder revolucionario comunista.
Sin embargo, la mayoría de sus éxitos los debió a la proyección artística que hizo de males sociales de la época como la discriminación racial, la desigualdad social y el reconocimiento justo de los negros cubanos en la sociedad y la cultura cubanas. FIN. LG/09.
-0-0-0-0-0-

No hay comentarios: