miércoles, 8 de abril de 2009

NO ESTAMOS LOCOS

NO ESTAMOS LOCOS
Por Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana, 2009-02-12.
Una vez conocí a un loco que usaba espejuelos sin cristales. Decía que para ver mejor. Incluso se ponía un par sobre otro porque requería de bifocales en su desvarío. Si lo interrogabas sobre el por qué no empleaba unos espejuelos con un lente con tallado bifocal, entonces iniciaba un discurso ininteligible de consignas contra el bloqueo y el imperialismo.
Y ahora casi me vuelvo loco. Necesitado de espejuelos sin lentes al escuchar las declaraciones sobre las inexistencia de presos políticos en cárceles cubanas del presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, el Sr. Alarcón de Quesada. A pesar que en Cuba estamos habituados bastante a esos “déjà vu” del presidente del Parlamento cubano, este siempre nos impresionó por el nivel de excentricismo.
El infarto vaso cerebral no me aniquiló las neuronas que me quedan en perfecto estado porque el vaso se rompió. Así fue de tan fuerte el sismo mental padecido al leer las declaraciones de marras. Porque hay que tener carisma (esto último, no más que un eufemismo) para borrar, como el genio de la lámpara, a los 200 y tantos presos por causas políticas que honran con su reclusión las prisiones de la isla antillana. No obstante, las conmociones de la mentira más burda chocaron contra el sistema anti sísmico que este cubano de a pie ya contiene alojado en la neurona guardiana de la razón.
Ella me permitió, primero, recordar casos de presos políticos como el de Omar Rodríguez Saludes, condenado a 27 años de cárcel (una bobería si lo comparamos con la petición fiscal de cadena perpetua presentada ante el Tribunal) por fotografiar derrumbes, basureros en las esquinas por toda La Habana y atreverse a encabezar una agencia de prensa independiente nombrada Nueva Prensa Cubana, a Héctor Maseda condenado a otra veintena de años, ingeniero convertido en dirigente liberal y luego periodista con artículos interesantes sobre el desastre económico cubano.
También recordé al joven camagüeyano Normando Hernández, periodista independiente con una revista de factura artesanal muy correcta, condenado también a dos decenas de años, tan enfermo en la actualidad que está ingresado en un hospital militar, donde sigue preso. No dejó de pasar por mi mente Víctor Rolando Arroyo, economista, periodista independiente, inteligente en sus artículos de explicación de las barrabasadas económicas que dirigentes como el Sr. Alarcón de Quesada producían. Ninguno asesinó, ni robó, ni atracó un comercio, ni un banco, ni colocó una bomba.
Sin embargo, el borrar los presos políticos de las cárceles no es la mejor, ni única joya de las respuestas habituales del Sr. Alarcón de Quesada. En la famosa reunión de la UCI (Universidad de las Ciencias Informáticas) empleó un excéntrico dislate para responder a un joven estudiante que pidió aclaración entre otras cosas sobre la eliminación de medidas para viajar libremente al extranjero. No olvidaré jamás la respuesta del compañero Presidente -a nivel lógico de la unánime Asamblea Nacional- la joyita fue que si millones de habitantes del planeta desearan viajar libremente se congestionaría el cielo de aviones, si todos pudieran viajar, las líneas de transporte no alcanzarían.
Aseguro por tal respuesta su ignorancia acerca de los 7 millones y más de turistas que convierten a París en la ciudad más visitada del mundo. Que millones de turistas se broncean al sol de las playas españolas, mientras millones pasean por Nueva York, Londres, etc. Varios millones inundan las islas y playas de Tailandia, Malasia, Indonesia, etc. Incluso, el Ministerio del Turismo cubano afirma que a la isla la visitaron poco más de 2 millones en el 08. ¡Para volvernos locos!
Así van los asuntos en este archipiélago caribeño donde hace tanta falta que regrese la razón a imperar porque mientras tanto nos tomarán algunos engreídos por locos. FIN. LG/09.
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